J. Calatrava

La Iglesia de Huebro se termina de construir en el año 1690, aunque no se instauran los sacramentos hasta el 9 de noviembre del año 1780, su primer cura propio se llamaba Gerónimo Segura, presbítero de Níjar, que tomo posesión el día 1 de agosto de 1783.

 

La imagen de la Virgen, fue traída hasta Huebro ese mismo año de 1690, por un pastor de la población de Dalias que se llamaba Sebastián de Parra, diciendo que la encontró en los montes de los alrededores mientras guardaba su rebaño. Los vecinos la llevaron al templo y la vistieron del Rosario. Durante muchos años se la conoció con el nombre de la Virgen de Parra.

 

Al comenzar la Guerra Civil del 36, y teniendo conocimiento de la quema de imágenes en algunas poblaciones, los vecinos de Huebro, José Sánchez Llamas y su padre, sacaron la imagen de la iglesia y la enterraron en un lugar desconocido para evitar que esta fuera pasto de las llamas. Fueron delatados, y bajo presiones y amenazas sobre su familia, tuvieron que revelar el lugar donde la habían enterrado, finalmente fue quemada. La imagen actual se adquirió después de finalizada la contienda.

 

La iglesia, perdió su artesonado mudéjar durante los años 80, debido al nulo mantenimiento del clero, y al desconocimiento de los vecinos, que en su afán por terminar con las goteras y el ataque de la carcoma, sustituyeron por placas de Uralita, una verdadera obra de arte.

 

Huebro profesa una gran devoción a la Virgen del Rosario, su patrona, cuya tradición y fervor entre los fieles, se manifiesta multitudinariamente durante la celebración de su romería el primer fin de semana de Octubre.

 

Durante la celebración de las fiestas se incluía una representación de Moros y Cristianos, desaparecida en la actualidad por la falta de gente joven que las lleve a cabo, ya que Huebro se va despoblando poco a poco, siendo común la restauración de viviendas para fin de semana o temporada que albergan a aquellos vecinos que tuvieron que emigrar, pero que siguen conservando un lazo de sentimientos con su pueblo.

Las Fiestas en Honor a la Virgen del Rosario, se celebran el primer fin de semana de Octubre, son una tradición muy arraigada en el municipio de Níjar. Los asistentes, suben en familia a pasar el día celebrando una comida campestre dispersos bajo los muchos nogales, higueras, olivos y almendros que pueblan la huerta.